viernes, 15 de octubre de 2010

DISCOVERY CHANNEL - UN CONTINENTE TIEMBLA



Testimonios y videos
Un reportero pisqueño, Oswaldo Campos, grabó el caos provocado por el terremoto, siendo registrado como uno de los archivos testimoniales más extensos en los instantes del desastre,[20] junto con otros más breves.Actualmente todo el contenido del video se encuentra en YouTube, siendo publicado entre 17 y 18 de septiembre de 2007 en tres partes. Posteriormente, el video fue publicado, en una edición breve, en muchos noticieros días después del terremoto. Este video salió en Un Continente Tiembla, un documental de Discovery Channel.
En el video se puede oír el imponente sonido telúrico, similar al de un tren pasando, y ver una espesa tormenta de polvo y la desesperación de los pisqueños. Después que el terremoto cesó, el joven sigue grabando toda una calle destruida y opacada por la tormenta de polvo. También se muestra el rescate de un hombre atrapado bajo los escombros, y gritos de familiares, esperando que sus parientes respondan entre los restos de la parroquia San Clemente de Pisco.
En Lima, Panamericana Televisión mostraba imágenes en los mismo instantes del terremoto, donde un reportero describía la situación desde el octavo piso de un edificio, en un departamento familiar, en Miraflores. También existe videos de aficionados y reporteros grabando el efecto de luces en el cielo nocturno de Lima.

TERREMOTO EN PISCO 2007


El Terremoto del Perú de 2007 fue un sismo registrado el 15 de agosto de 2007 a las 23.40.57 UTC (18:40:57 hora local) con una duración cerca de 175 segundos (2 min 55 s). Su epicentro se localizó en las costas del centro del Perú a 40 kilómetros al oeste de Chincha Alta y a 150 km al suroeste de Lima, y su hipocentro se ubicó a 39 kilómetros de profundidad. Fue uno de los terremotos más violentos ocurridos en el Perú en los últimos años; el más poderoso (en cuanto a intensidad y a duración), pero no el más catastrófico, desde ese punto de vista el terremoto de 1970 produjo miles de muertos.[1]
El siniestro, que tuvo una magnitud de 7.9 grados en la escala sismológica de magnitud de momento y VI-IX en la escala de Mercalli, dejó 1500 muertos, casi 2,291 heridos, 76.000 viviendas totalmente destruidas e inhabitables y 431 mil personas resultaron afectadas. Las zonas más afectadas fueron las provincias de Pisco, Ica, Chincha, Cañete, Yauyos, Huaytará y Castrovirreyna. La magnitud destructiva del terremoto también causó grandes daños a la infraestructura que proporciona los servicios básicos a la población, tales como agua y saneamiento, educación, salud y comunicaciones que hasta el día de hoy no han sido reconstruidos por el estado peruano.

Daños, víctimas y zonas más afectadas
Pisco fue una de las zonas más afectadas por el terremoto. Más del 70% de sus viviendas quedaron destruidas tras el evento telúrico.
Las zonas más afectadas por el movimiento telúrico corresponden a las ciudades del departamento de Ica y de la provincia de Cañete, especialmente Pisco, Chincha Alta, Chincha Baja, Tambo de Mora, Ica y San Luis de Cañete. Durante las primeras horas, las informaciones daban cuenta de 16 muertos y más de 200 heridos,[9] pero con el paso de las horas y días, la cifra llegó a un saldo de 510 muertos, 1.500 heridos, 17.000 viviendas destruidas y 85.000 damnificados.También fueron afectados varios pequeños poblados de la sierra sur del departamento de Lima así como del occidente del Huancavelica.
En el distrito chinchano de Tambo de Mora, el violento sismo destruyó las casas de adobe, mientras que las de material noble fueron destruidas por una aparente licuefacción del suelo, ya que se hundieron 2,1 metros sobre el nivel del suelo. La Reserva Nacional de Paracas fue seriamente afectada, pereciendo numerosos lobos marinos y la formación rocosa conocida como "la Catedral" quedó completamente demolida.
En Ica, parte de la iglesia del Señor de Luren colapsó tras el movimiento sísmico al igual que el coliseo deportivo de dicha ciudad. Lo mismo ocurrió en la iglesia de San Clemente de Pisco, que se derrumbó mientras se realizaba una misa.
En el mismo Pisco, el movimiento sísmico destruyó la Iglesia de la Compañía, antigua iglesia jesuita, ubicada a una cuadra de la Plaza de Armas y la Iglesia de la Agonía en la plazuela Belén; los equipos de rescate lograron encontrar a dos personas con vida, pero se cree que la mayoría de los feligreses murió aplastada por los escombros. Cerca del 80% de esa ciudad fue arrasada por la catástrofe natural e incluso imágenes de la televisión mostraron decenas de cadáveres en las calles y plazas.[]
A esto se sumaron los derrumbes de la cárcel Tambo de Mora, en Chincha, que permitió la fuga de 600 reos.
En el distrito de San Luis de Cañete, el sismo destruyó la mayoría de las casas, lo mismo ocurrió con su templo colonial, una de los edificaciones más antiguas del valle.

El suministro eléctrico se cortó de inmediato en toda la zona del llamado localmente Sur Chico, al igual que en zonas de parte de la capital como Los Olivos y Villa María del Triunfo.
Las redes de telefonía fija y móvil colapsaron, mientras que la Carretera Panamericana sufrió el colapso de los terraplenes entre la zona denominada "Cabeza de toro" y la entrada a Pisco por el distrito de San Clemente, lo que ocasionó la fractura y desmoronamiento de la carpeta asfáltica y el agrietamiento de la zona que no se deslizó, con desniveles de hasta medio metro, quedando dañada y dificultando la movilización de vehículos hacia la zona. El puente Huamaní, sobre el río Pisco, sufrió varios daños de consideración.
Al norte de Chincha, la misma carretera en la zona denominada Jahuay, sufrió también el deslizamiento de los terraplenes con fractura y desmoronamiento de la carpeta asfáltica y agrietamiento en la carpeta asfáltica, que no se desmoronó. Caso similar ocurrió en la carretera que comunica San Vicente de Cañete con el distrito de Lunahuaná, en la provincia de Cañete.
La cifra oficial de fallecidos asciende a 595 personas y 318 desaparecidos. 319.886 personas fueron afectadas y 76 mil viviendas habrán de ser reconstruidas. [
En la ciudad de Lima, algunos edificios de entidades públicas como el Ministerio de Trabajo,[15] el Edificio Alzamora Valdez (sede de la Corte Superior de Justicia de Lima) y el Palacio Legislativo sufrieron daños estructurales que motivaron estudios relativos a su traslado.
La región afectada por este terremoto contribuye con el 3% del Producto Bruto Interno del país, dado por el crecimiento del sector de la agroexportación y de la confección de textiles. En el ámbito de la agroindustria, fueron afectados principalmente la producción de mangos, páprica, espárragos y el sector vitivinícola de la zona. Sin embargo, la más afectada fue la industria textil que quedó completamente paralizada dejando a más de cinco mil personas sin empleo.

TERREMOTO Y TSUNAMI EN INDONESIA EN EL 2004



El terremoto del océano Índico de 2004, conocido por la comunidad científica como el terremoto de Sumatra-Andamán, fue un terremoto submarino que ocurrió a las 00:58 UTC, o 07:58 en el tiempo local de la región del domingo 26 de diciembre de 2004, (21:58 hora costa del Pacífico Oeste del sábado 25 de diciembre de 2004) con epicentro en la costa del oeste de Sumatra, Indonesia. El terremoto ocasionó una serie de tsunamis devastadores a lo largo de las costas de la mayoría de los países que bordean el Océano Índico, matando a una gran cantidad de personas a su paso e inundando a una gran cantidad de comunidades costeras a través de casi todo el sur y sureste de Asia, incluyendo partes de Indonesia, Sri Lanka, India, y Tailandia. Aunque las estimaciones iniciales habían determinado el número de muertes en más de 275.000, sin contar a los millares de personas desaparecidas, un análisis más reciente generado por las Naciones Unidas deja a un total de 229.866 pérdidas humanas, incluyendo 186.983 muertos y 42.883 personas desaparecidas. La muestra excluye de 400 a 600 personas que podrían haber fallecido en Myanmar, lo que representa muchas más que los 61 muertos que dejan las proyecciones del gobierno central. Si las estadísticas de Myanmar son confiables, el número de muertes ascenderían a por lo menos 230.000 personas, por lo cual la catástrofe es el noveno desastre natural más mortal de la historia moderna. El desastre es conocido en Asia y en los medios internacionales como el Tsunami asiático; se llama el boxing Tsunami en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, y el Reino Unido, porque ocurrió el boxing day, puesto que el 26 de diciembre es día de fiesta llamado así en esos países. El tsunami ocurrió exactamente un año después del terremoto de 2003 que devastó la ciudad iraní meridional de Bam y exactamente dos años antes del terremoto de Hengchun del 2006.
La magnitud del terremoto fue registrada originalmente como de 9,0 en la escala de Richter, pero luego se ha aumentado a 9,1 y a 9,3. Con esta magnitud, es el segundo terremoto más grande registrado desde la existencia del sismógrafo (aproximadamente en 1875), después del terremoto de Valdivia (Chile) en 1960. También fue reportado por tener la segunda duración más larga observada en lo que a fallas geológicas se refiere, durando entre 500 y 600 segundos (8,3 a 10 minutos)(el de Valdivia duró 10-11 minutos), y fue lo suficientemente grande que hizo que el planeta entero vibrara tanto como aproximadamente un centímetro. Además, también dio lugar a terremotos en lugares tan alejados como Alaska.
El terremoto se originó en el Océano Índico justo al norte de las islas Simeulue, en la costa occidental de Sumatra del norte. El tsunami resultante del terremoto devastó las costas de Indonesia, Sri Lanka, de la India, de Tailandia y de otros países con olas que llegaron a los 30 m. Causó muertes y daños serios hasta la costa del este de África, y la muerte registrada más lejana debido al tsunami ocurrió en Rooi Els, Sudáfrica, a 8.000 kilómetros del epicentro. En total, ocho personas murieron en Sudáfrica debido a los altos niveles de las olas del mar.
La situación apremiante de miles de personas damnificadas de varios países incitó una respuesta humanitaria extensiva. En total, la comunidad mundial donó más de $7 mil millones (dólares de los Estados Unidos, 2004) en ayuda humanitaria a los afectados por el terremoto.

jueves, 14 de octubre de 2010

TERREMOTO EN CHILE


El terremoto de Chile de 2010 fue un sismo ocurrido a las 03:34:17 hora local (UTC-3), del sábado 27 de febrero de 2010, que alcanzó una magnitud de 8,8 MW.[1] [2] El epicentro se ubicó en el Mar Chileno, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura,[nota 1] cerca de 150 kilómetros al noroeste de Concepción y a 63 kilómetros al suroeste de Cauquenes, y a 47,4 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre.[2] El sismo, tuvo una duración de cerca de 2 minutos 45 segundos, al menos en Santiago.[1] [5] Fue percibido en gran parte del Cono Sur con diversas intensidades, en lugares como Buenos Aires y São Paulo por el oriente.
Las zonas más afectadas por el terremoto fueron las regiones chilenas de Valparaíso, Metropolitana de Santiago, O'Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía, que acumulan más de 13 millones de habitantes, cerca del 80% de la población del país. En las regiones del Maule y el Biobío, el terremoto alcanzó una intensidad de IX en la escala de Mercalli, arrasando con gran parte de las ciudades como Constitución, Concepción, Cobquecura y el puerto de Talcahuano. En las regiones de La Araucanía, O’Higgins y Metropolitana, el sismo alcanzó una intensidad de VIII provocando importante destrucción en la capital, Santiago de Chile, en Rancagua y en las localidades rurales. Las víctimas fatales llegaron a un total de 521 fallecidos.Cerca de 500 mil viviendas están con daño severo y se estiman un total de 2 millones de damnificados, en la peor tragedia natural vivida en Chile desde 1960. La presidenta Michelle Bachelet declaró “estado de excepción constitucional de catástrofe” en las regiones del Maule y Biobío.
Un fuerte tsunami impactó las costas chilenas como producto del terremoto, destruyendo varias localidades ya devastadas por el impacto telúrico. El archipiélago de Juan Fernández, pese a no sentir el sismo, fue impactado por las marejadas que arrasaron con su único poblado, San Juan Bautista. La alerta de tsunami generada para el océano Pacífico se extendió posteriormente a 53 países ubicados a lo largo de gran parte de su cuenca, llegando a Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, la Antártida, Nueva Zelanda, la Polinesia Francesa y las costas de Hawái.
El sismo es considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y uno de los cinco más fuertes registrados por la humanidad. Sólo es superado a nivel nacional por el cataclismo del terremoto de Valdivia de 1960, el de mayor intensidad registrado por el ser humano mediante sismómetros. El sismo chileno fue 31 veces más fuerte y liberó cerca de 178 veces más energía que el devastador terremoto de Haití ocurrido el mes anterior, y la energía liberada es cercana a 100.000 bombas atómicas como la liberada en Hiroshima en 1945.

miércoles, 13 de octubre de 2010

TERREMOTO EN HAITÍ


El terremoto de Haití y la geología del Caribe

La tremenda tragedia que asola a Haití ha puesto de manifiesto una vez más la enorme violencia y capacidad de destrucción de los fenómenos naturales derivados de la propia dinámica terrestre. Como en el caso de su más importante predecesora, la gran tragedia de Sumatra-Andamán (Indonesia) de diciembre 2004, el origen de la catástrofe ha sido de nuevo un terremoto, si bien en aquella ocasión el epicentro se situó mar adentro y el fenómeno devastador fue en realidad el tsunami producido por éste.
Los terremotos son producidos por fallas activas, es decir, fallas que se están moviendo en la actualidad. La enorme energía elástica acumulada durante décadas en los bloques situados a uno y otro lado de la falla a causa de los esfuerzos tectónicos, se libera súbitamente (y sin previo aviso) en forma de ondas P y S que cuando alcanzan la superficie terrestre se transforman en ondas superficiales (ondas Love y Rayleigh) con un gran poder destructivo. La escasa profundidad del epicentro del terremoto (10 kilómetros), sin posibilidad de atenuar su energía en su escaso trayecto a superficie, ha contribuido a amplificar la catástrofe de Haití y a que ésta se haya concentrado en torno a la vertical del epicentro. Las imágenes del bamboleo y sacudidas del terreno que mostró la televisión, captadas por video aficionados, registraban precisamente ese momento que duró apenas un minuto. El efecto se asemeja al de esos artilugios de feria que se mueven frenética y cíclicamente a un lado y a otro (ondas Love) y hacia arriba y abajo (ondas Rayleigh).
Sin duda, la baja calidad de la construcción, propia de un país extraordinariamente pobre y sin recursos, y la alta densidad de población en Puerto Príncipe, han contribuido a elevar notablemente el número de víctimas. No es casualidad que los terremotos con mayor número de víctimas ocurran precisamente en países pobres o en vías de desarrollo. Terremotos de intensidad similar o mayor ocurridos en países del primer mundo y altamente concienciados con el peligro sísmico, como es el caso del terremoto de Kobe en Japón, han producido un número elevado de víctimas mortales (5.000 muertos) pero lejos de las cifras apocalípticas registradas en Haití. Para aquellos países seriamente amenazados por la actividad sísmica, ésta es la única forma de prevención o mejor dicho, de mitigación, porque de hecho, una prevención absoluta o completamente efectiva, es difícil de poner en práctica, salvo que estemos dispuestos a mover de lugar a poblaciones y ciudades enteras. Desafortunadamente, a fecha de hoy la predicción resulta imposible, pese a los notables esfuerzos y avances realizados por la comunidad científica en esta disciplina.
El terremoto de Haití ha sido producido por la falla de Enriquillo-Plantain Garden. Esta falla y la falla Septentrional son dos estructuras de primer orden en la geología del Caribe. Conforman los límites meridional y septentrional, respectivamente, de la fosa del Caimán desde donde se prolongan hacia el este por más de mil kilómetros pasando al sur de Cuba, la primera, y a través de Jamaica, la segunda, antes de entrar en territorio de la isla de La Española por Haití. Las dos fallas articulan el desplazamiento diferencial hacia el este de la placa del Caribe respecto a la placa Norteamericana, el cual se viene produciendo desde la colisión de ambas en el Eoceno Medio y Superior, hace aproximadamente 40 millones de años. El desplazamiento entre estas dos placas se mantiene hoy en día y ha sido calculado por investigadores de universidades norteamericanas mediante técnicas de GPS en unos 20 milímetros al año. De ellos, se estima que la falla Septentrional absorbe unos 10 milímetros/año y la falla de Enriquillo, unos 7-8 milímetros/año.
Ambas fallas se han reconocido como focos de terremotos históricos, pero el hecho de que los relacionados con la falla Septentrional sean más recientes y que su recuerdo todavía se mantenga en la memoria de muchos dominicanos, quizá justifique que esta última falla se haya considerado con mayor potencial destructor. Sin embargo, en el último Congreso de Geología del Caribe celebrado en la primavera de 2008 en Santo Domingo, los citados investigadores norteamericanos mostraron evidencias de la actividad reciente de la falla de Enriquillo y alertaron sobre su peligrosidad sísmica en territorio haitiano que es donde su traza está perfectamente definida y es bien conocida. La continuidad de esta falla hacia el interior de la República Dominicana y su supuesta prolongación más hacia el este por la fosa de los Muertos u otra estructura, es unos de los enigmas geológicos todavía por resolver en esta región, con no pocas implicaciones en la prevención de desastres naturales de este país.
Un ambicioso programa financiado por la Unión Europea desde 1997, destinado a fomentar el sector minero y el desarrollo en general de la República Dominicana, está a punto de finalizar la cartografía geológica y geotemática de este país. El proyecto se realiza de manera coordinada con las instituciones dominicanas correspondientes y consiste en la elaboración de la cartografía geológica, geomorfológica y de procesos activos de todo el territorio dominicano bajo la normativa y el liderazgo del Instituto Geológico y Minero de España. Los mapas elaborados representan con gran detalle los tipos de rocas, las estructuras geológicas, las formas del terreno y los procesos geológicos activos (endógenos y exógenos), de tal manera que son una herramienta indispensable para la investigación geológica y la ordenación del territorio. Utilizados como base fundamental de trabajo y combinados con otros métodos y herramientas geológicas y geofísicas más sofisticadas, constituyen una de las vías habituales para el avance en el conocimiento de la dinámica terrestre.
Los estados y los organismos nacionales e internacionales tienen la obligación de velar por la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de este planeta. Investigaciones geológicas o geofísicas como las que se acaban de describir en este artículo, u otras aún más sofisticadas, tienen costes que son insignificantes si se comparan con las consecuencias sociales que conlleva la alta mortalidad y número de heridos causados por los desastres naturales (no sólo los terremotos) y con las enormes pérdidas económicas asociadas. Cabe preguntarse entonces: ¿Merece la pena que se siga invirtiendo en investigación para acortar la carencia de conocimientos que todavía existe respecto al funcionamiento de determinados procesos geológicos y en consecuencia, como ha ocurrido en otras ciencias, contribuir a salvar o reducir un buen número de posibles víctimas que sin duda seguirán sucediendo en el futuro por estas causas?

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¿QUÉ HACER EN CASO DE TERREMOTO?